Hippys... aquí nacieron...
Lo primero que nos sorprende en este país es la comida. O al menos de este estado. Las cantidades no son excesivas, pero cuando llevas varios días aquí empiezas a pensar que todo sabe igual. Una mezcla de sabor extrañamente salado, que recuerda levemente al avecrem, y al que todos los platos parecen recordar. California es el paraíso de la comida orgánica y como tal en todos los supermercados es posible encontrarla. Pero junto a ella no es fácil comprar pescado fresco (y mucho menos si este pescado tiene cara de pescado, es decir, no está convenientemente troceado en grandes filetes), el color de frutas y verduras parece ser más importante que su sabor (en ocasiones las frutas parecen dignas del mejor bodegón más que un alimento), y los precios pueden llegar a ser disparatados al bolsillo de un español. Es curioso, hasta ahora cada vez que había venido a los Estados Unidos me había parecido que los precios eran bastante similares a los españoles, pero en este viaje, tal vez sea California, pero todo me está resultando carísimo. Pagar por un paquete de pan de molde más de 6 $ o 3,5 $ por una docena de huevos hace que uno se replantee qué tipo de sueldos pueden llegar a cobrar en esta parte del mundo.
Comida sana... o no... aunque, cara siempre...
Por otro lado, estos días me estoy enfrentando a algunas certezas avisadas a través de los medios de comunicación, pero absolutamente reales. La primera es que si fumas más vale que asumas que aquí nadie lo hace. O sí. Los homeless y la gente más extraña que puedas ver andando por la calle son los únicos que tienen un cigarrillo en sus manos. Como ex-fumador desde hace tres semanas esto me parece increíble. Pero por lo menos el mono que sigo teniendo se ve mitigado con la conciencia de que si quiero evitar ser mirado como un delincuente más vale que me mantenga alejado para siempre del huma. Por cierto, el tabaco no baja de los 8 $ el paquete, de forma que tampoco está precisamente al alcance de todo el mundo. Ah, en cualquier caso, el consumo de marihuana está siendo despenalizado, de forma que es posible que veas a poca gente fumando pero el olor a porro te asalta en muchas ocasiones, especialmente en entornos de fiesta o concentraciones humanas.
Es una foto, el olor no entra en ella...
Si te gusta el café y si te gusta tomarlo a todas horas, serás feliz. Café poco cargado y en inmensos cachirulos de cartón. Comprar y llevar. Para beberse dando pequeños tragos. Por supuesto si eres amante de Starbucks esta es tu tierra. Y si no, también. En Starbucks la red wifi es gratuita y, aunque en California es posible encontrarse con wifis abiertas, no falla. Si necesitas conexión a Internet siempre tendrás la AT&T de los cafeteros dispuesta a servirte.
Huele a comida por las calles. Tanto que nunca sabes exactamente qué hora es la buena para comer o cenar. Al final te das cuenta de que, desde las 11 de la mañana y hasta las 10 de la noche, cualquier momento es bueno para darle al diente. Tal es así que hoy vamos a cambiar la comida por el "dinner", y aprovechar que tenemos cerca el Gourmet Getto para descubrir la cocina thailandesa de Berkeley, considerada una de las atracciones de la ciudad. Hoy fue un día tranquilo. Pero la noche promete ser excitante...
Cocina Thai, ha sido muuuuy intensa...
2 comentarios:
Querido Fernando:
Al habla Vicente, un viejo vástago tomellosero con el que coincidiste en la cena de IEN. Coincidencia, por cierto, inolvidable para mí. Quiero decirte que sigo tus andanzas por EEUU. Y te leo a menudo. Voto por ti todos los días para que ese año sabático riojano pueda servir para que ese proyecto tan bonito pueda ser una realidad. No quiero que te conformes con llegar a la final. Tienes que ganarla. Y para eso, estoy movilizando a todos mis contactos. Disfruta esa cena Thailandesa. Y por favor, no dejes de contárnosla.
Un fuerte abrazo.
Vicente.
Hola Vicente, qué alegría leerte por aquí. Muchas gracias por tu apoyo y seguiré contando como se vive por aquí, hasta que nos veamos y lo comentemos con una buena botella de vino.
Abrazos
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