miércoles, 2 de marzo de 2011

Malta, una visita rápida. Parte 2

¿Qué tal has dormido? Si no te pasaste con el Bajtra (el licor de chumbera que hace las veces de nuestro patxarán) seguramente muy bien. Es ahora momento de levantarte y salir a hacer una visita absolutamente necesaria: Marsaxlokk. Seguro que habrás visto ya en guías de Malta la estampa de sus barcos de pesca, los luzzu, pintados con brillantes colores y coronados con el ojo de Osiris. Pues en Marsaxlokk te vas a cansar de verlos. Grandes y pequeños, fondeando la bahía que se abre ante uno de los pueblos más bonitos de Malta.

Todos los domingos se realiza un mercado que es bastante popular y en el que, si te has levantado temprano, puedes comprar pescado. Eso sí, como llegues más tarde de las diez de la mañana poco pescado verás. Aunque, bien mirado, no creo que vayas a hacértelo en la habitación del hotel. Pero si lo que te gusta es ver a los frutos del mar recién pescados, recuerda, has de madrugar.


Los luzzu fondeados en la bahía de Marsaxlokk

Para llegar a Marsaxlokk puedes hacerlo desde Valletta, cogiendo el autobús 27 o desde Sliema, en el 627. El bus de Sliema suele ir cargado hasta arriba de turistas, especialmente entre las 9:30 y las 11:30, de forma que yo de ti intentaría cogerlo lo más arriba posible (al lado de Fortizza puede ser una buena opción). Si no puedes encontrarte con que el autobusero decida no parar a recoger viajeros, o peor aún, tener que hacer el camino de pie. Y esto último, sinceramente, no se lo recomendaría a nadie…

El trayecto dura aproximadamente media hora y una vez en Marsaxlokk baja al puerto (que no tiene pérdida desde donde te deja el autobús) y disfruta mezclándote con los malteses y las gentes de cien naciones distintas. Los aromas y las conversaciones son increíbles. Y aunque pueda parecer un mercado pequeño, comparado con cualquiera de los de España, seguro que las sensaciones no te van a defraudar.


Si madrugas, podrás ver los pescados recién desembarcados...

Tras patear el mercado búscate una terraza para echar el vermú. Aquí no se llama así, pero como a cualquier hora que vayas verás a guiris soplándose pintas no quedarás mal si les imitas. Eso sí, recuerda que un par de pintas de cerveza es un litro de líquido y que si no estás acostumbrado lo mismo llenas el buche demasiado y luego no puedes darte un homenaje.

Y es que no hacer fonda en cualquiera de los restaurantes de Marsaxlokk sería un pecado. Los hay para todos los gustos y en general con precios razonables (estás de turismo, así que estírate un poco y disfruta). Yo te recomiendo que pruebes comer en Ir-Rizztu. Te aseguro que no es el más bonito. Más bien parece una cutre casa de comidas. Pero si echas un ojo verás que está a reventar… de malteses. Los platos, de todo tipo, aunque obviamente disfruta el pescado. Y como siempre, si tienes dudas, pregunta. Les encanta aconsejarte. Si ves que lo que te indican no se ajusta a tu presupuesto, que te den otra recomendación, pero déjate llevar por ellos (si aun así no te convencen, el pulpo está simplemente delicioso).

En Ir-Rizztu puedes reservar. Ahora bien, si piensas que te van a respetar la reserva es que crees que estás en el Barrio de Salamanca. Así que no esperes a comer a las cuatro de la tarde (entre dos y tres de la tarde podrás hacerlo sin ningún problema) y no desesperes si tardan en colocarte en una mesa. Al final valdrá la pena.


Medina, un vino que no es el mejor, pero que se deja beber...

Imagino que beberás algún vino de la isla. Merece la pena probarlos. Aunque aquí si te aconsejaría que no escatimes en el precio ya que, en general, los mejores son carillos. Eso sí, trata de probar la uva de la isla, la variedad girgentina, una rareza interesante.

Tras la comida recorre el pueblo sin prisas (pero sin olvidar que los autobuses regresan cada hora y que cuanto más tarde más lleno irá). Tiene rincones muy auténticos, como todo Malta. Y cuando estés preparado vuélvete hacia Sliema.

Una vez en Sliema nos vamos a bajar en el Strand. No tiene pérdida, ya que es la zona en la que salen los barcos de Captain Morgan y desde donde se observa la impresionante vista de Valletta y la catedral de San Pablo. Recorre el Strand sin prisas, observando Valletta enfrente, a ser posible con la caída del sol, mientras al frente se abre el maravilloso Mediterráneo. Imagínate oteando la llegada de turcos o piratas. Siéntate y disfruta de ese momento.


Entre el mar y tu un capitán tan sólo...

Ummm… ¿vuelves a tener sed? Desanda el Strand y acércate a Tre-Angeli, una estupenda cervecería en la que podrás echarte una pinta a 2 € e incluso picar algo si te va entrando hambre. Pero no cenes todavía. Tras esa cervecita te propongo que subas hacia Tower Road de nuevo, hacia Fortizza si te sirve mejor de referencia, y que un poco más adelante entres en Le Malte. Es un pequeño restaurante maltés en el que si no entras en tu estancia en la isla estarás perdiéndote una maravilla.

Tal vez te queden ganas de echarte una copilla por esa zona. Si eres así, además de tener un hígado a prueba de bombas si te has pimplado todo lo que te he aconsejado, puedes intentarlo en Fortizza (ya que te sirve como referencia puedes darte una vuelta por él. Verás bastante gente guapa) o probar justo en frente, en el Times Square, un pub irlandés muy frecuentado por guiris bolingas pero simpaticotes, junto al Hotel Preluna.

De todas formas ve pensando que mañana es tu último día en la isla y te vas a dar un tute gordo, de forma que convendría que no te acostaras muy perjudicado….

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