Al principio fui reacio a apuntarme. Lo primero que pensé fue "¿un año entero?". "Imposible". "Tengo que trabajar...". Es decir, mi cabeza siguió pensando en los términos a los que estamos acostumbrados: no riesgo, no aventura, no cambio. Pero poco a poco le di vueltas y comprendí que podía ser la oportunidad vital que tanto tiempo he esperado.
Llevo 18 años trabajando, poco tiempo comparado con los miles de personas que no han cesado durante toda su vida de dejarse la piel, sufriendo en muchas ocasiones puestos de trabajo desmotivadores. Trabajo en la educación, con lo que me puedo sentir privilegiado. Al menos mi trabajo se enfoca en sumar y no restar. En el contacto permanente con chicos que pronto se convertirán en los profesionales que nos llevarán a un futuro que soñamos con que sea mejor.

Tras el final de la Tesis veo claro que quiero seguir indagando esos espacios de creación de aprendizaje. Los niños, los maestros, sus padres, todos tenemos retos por delante. ¿Cómo llegar a ellos?
Siempre pensé en escribir un libro. No una Tesis Doctoral, con su formato estricto. Un libro en el que pudiera contar, tras un trabajo de campo, qué es lo que ocurre desde un punto de vista diferente. Qué pasa con los niños que no habitan en grandes ciudades. Cómo se adaptan a la tecnología y cómo la incorporan en su día a día. Para ello necesito poder ver de primera mano a sus maestros, a sus padres, charlar con ellos dejándome asombrar, sin las prisas de la siguiente clase, el siguiente curso, el siguiente cliente que te pide una consultoría. Poder sentarme a escribir sin prisas, sin ruidos, sin obras de las que escapar y sin tensiones por alcanzar un mayor crédito profesional.
Me gusta comer. Disfruto paladeando una buena comida acompañada con una buena botella de vino. Y me gusta el sosiego. Necesito el sosiego. Paz, tranquilidad, observación, escritura. Esas son mis razones.
¿Conoces La Rioja? Pues reconozco que apenas. Más allá de una breve visita a Logroño. De un loco día de duración repleto de reuniones y sesiones de formación. Apenas tuve tiempo de perderme por sus calles. Y nunca he viajado por sus pueblos. Pero, definitivamente, quiero estar ahí...